El poder de las Flores

 Conocer las 38 flores de Bach, es adentrarse en las emociones. 

El primer aprendizaje es para uno mismo, reconocer cada emoción con precisión, priorizar qué es aquello que te está impidiendo hacer el cambio que necesitas.

Durante un tiempo, entusiasmada por los estudios, decidí hacer consultas para ejercitar la práctica.

Observé que siempre que alguien acude a ti, está claro, es porque tiene un problema que le impide una vida feliz. 

Al principio, me pasaba las horas escuchando todo el relato de la persona que tenía frente a mi, y al finalizar, preparaba la mezcla en base a lo que el propio paciente refería como su motivo principal de consulta.

Sin embargo, con la práctica, entendí que las personas cuentan "su película", es decir, actúan, se explican y se muestran para dar justificación a sus actos o razonamientos. 

Sería como decir...que todo lo que contamos es la mentira que queremos decir de nosotros mismos.

 Y no es que sea un acto deliberado de deshonestidad, es simplemente que todos decimos lo que queremos que sepan de nosotros y ocultamos lo que nos avergüenza o realmente nos duele. 

Y ahí es donde reside precisamente nuestro verdadero conflicto.

Cuando lo que haces, lo que dices, lo que piensas y lo que sientes no están en concordancia.

Asi que comencé a dejar de oír a las personas y comencé a escuchar sus silencios.

Sus gestos, sus posturas, sus suspiros, sus tonos de voz, sus rasgos, sus miradas....

Comencé a observar todo aquello que no me podía mentir. 

Por eso con los animales es todo mas fácil.

Cuando logras identificar con exactitud cual es el sentimiento que hay detrás de unas lágrimas, y das la flor que necesita, comienza una transformación, casi imperceptible. 

La tarea principal es lograr llamar a cada sentimiento por su verdadero nombre.

Concluí que un individuo entra en conflicto emocional cuando está "atascado" en una rueda de hámster.

Hace siempre las mismas cosas, actúa siempre de la misma manera y llega siempre al mismo punto.

Cuando lleva tiempo intentando cambiar su exterior y los cambios solo ocurren desde el interior.

Esto lo lleva a un callejón sin salidas, es cuando nos agotamos, no vemos luz, no vemos opciones de camino. Y normalmente, los dos sentimientos predominantes suelen ser la ansiedad y la depresión.

Las flores hacen ese trabajo centrífugo. Al tomarlas, el cambio se produce primero en ti, pero por inercia, conforme tu comienzas a vibrar distinto, se contagia a tu alrededor. 

¡Y se producen los cambios!





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