El alma de los animales


 Durante toda mi vida, mi relación con los animales ha sido un constante aprendizaje.


Creo que desde el primer momento que miré a los ojos de un animal deseé ser tan auténtica como ellos.


Como niña, instintivamente los busqué para refugiarme, como hacen los cachorros en las manadas.

 El placer de acariciarlos, tenerlos cerca, sentir su calor y pasarme horas y horas observando las particularidades de su especie.

Fueron mis primeros maestros, compañeros de juegos, amigos leales que me aceptaban en su espacio y me hicieron sentir segura y querida. 

Me enseñaron qué es la compasión, la empatía, el respeto, la valentía, la resignación, las normas, el amor de verdad...

Los animales son seres que demuestran una tremenda dignidad y paciencia ante la ignorancia del ser humano. Conforme iba creciendo, mi infantil inocencia se desgarraba ante historias de maltrato.  Mientras me prometía a mi misma, que algún día aportaría algo para cambiar sus realidades.

Sintiendo sus almas...

El gran hito en mi vida, fué cuando hice mi primer curso de Telepatía Animal, cuando algo dentro de mi... "volvió a recordar". Era esa comunicación que ya había practicado en mi niñez sin ser tan consciente.  

Tan parecida a la que practicaban antiguos chamanes que sabían escuchar al viento, oler la tierra y llamaban "hermano" a cualquier hijo de la naturaleza.

Una comunicación de corazón a corazón, sin palabras. Mensajes que viajan más rápidos que tu propio pensamiento. Que no se expresan con ortografía, se sienten...se visualizan... y no pasan por filtros de prejuicios. 

La comunicación animal, se entrena. Y gracias a esas experiencias durante todos estos años, mis propias creencias se fueron modelando. 

Ya no veo la vida igual, ya no creo en el drama de la muerte. Y hay algunos sentimientos que ellos expresan, que en el diccionario de los hombres no tienen traducción. Parece como si ellos fusionaran la realidad con el mundo espiritual y con un conocimiento de "algo", mucho más allá que nosotros desconocemos y para ellos es natural.

Ya las casualidades no existen para mi. Y aprendí a atender esas "señales", que yo llamo mágicas. Esas formas de ocurrir nuestros destinos. Donde todo encaja y es como tiene que ser. Aunque nosotros no lo entendamos siempre.

Me gustará compartir con vosotros maravillosas experiencias en comunicación, para que podáis entender mejor la importancia de escuchar a los animales. 

 La humanidad se está perdiendo un conocimiento que siempre estuvo ahí .







Comentarios